Hasta prácticamente la última frase del texto, éste no se resuelve. Vuelve a aparecer una palabra que nos resuena en la mente -ventanales- pero no es hasta la aparición del alto respaldo de un sillón de terciopelo verde que se produce el fogonazo en nuestra conciencia; sólo en ese momento se produce la comprensión plena del relato, una emoción casi onírica confirmada con la aparición de la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario